Esta semana completé 3 meses trabajando 100% remotamente. Siempre he realizado actividades remotas debido a los constantes viajes y clientes en diferentes países, pero nunca con tanta constancia y diversidad de acciones.
Nunca he sido fanático del trabajo remoto. Siempre me molestó, especialmente cuando la conversación no estaba en mi idioma nativo. Las sutilezas del lenguaje, cuando no es nativo, sin contacto visual y lenguaje corporal, hacen que la comunicación sea más difícil y menos eficiente.
De modo sorprendente, estoy feliz con la experiencia de estas semanas. Realicé una serie de actividades como reuniones, talleres de priorización y programación de trabajo colaborativo, talleres de identificación y mapeo de cadenas de valor, capacitación, seminarios web, sesiones de orientación y tutoría, entre otros.
Todas las interacciones salieron mejor de lo esperado y tanto los resultados concretos como los comentarios a través de las retrospectivas confirmaron este sentimiento y nos ayudaron a mejorar cada día.
“De modo sorprendente, estoy feliz con la experiencia de estas semanas”
Creo que hay razones objetivas para esta mejor experiencia. Entre las más relevantes están:
1 – Preparación. Estudié, investigué e hice capacitación específica sobre reuniones remotas, facilitación remota y trabajo remoto. Todas las interacciones fueron planificadas y adaptadas a esta nueva realidad;
2 – Invertí en tecnología (hardware y software) y en un espacio de trabajo adecuado;
3 – Ahora todos trabajamos remotamente, antes solo una minoría estaba “fuera” y, en general, el evento se enfocaba en aquellos que estaban en la sala en persona;
4 – Uso permanente de la cámara y el incentivo para que todos hagan lo mismo. La falta de contacto visual no debe subestimarse;
5 – El uso de paneles de colaboración como Mural y Miro nos proporciona un espacio infinito y altamente maleable, lo cual es muy difícil en salas físicas;
6 – Fin de la improvisación de espacios físicos inapropiados, debido a disponibilidad;
7 – Puntualidad. El respeto por el tiempo de inicio y la duración de las interacciones fue superior al 90%, incluso en equipos donde esto era una dificultad recurrente.
“La falta de contacto visual no debe subestimarse”
Evitar hacer modificaciones sin interrupciones a toda costa. Mantener reuniones de 25 minutos y 50 minutos en lugar de media o 1 hora, por ejemplo, para que todos puedan salir de la computadora, mirar el cielo o el horizonte y estirar las piernas. Las ganancias de productividad de las personas compensarán con creces el menor tiempo.
La dimensión humana de la experiencia es clave para el éxito. No por casualidad, en la reunión donde escuchamos o vimos mascotas y niños en el fondo (sin perturbar la dinámica de interacción) hubo una mayor conexión entre los participantes. En esta etapa, este tipo de “falla” es aceptable, visto anteriormente como no profesional.
En resumen, incluso cuando la vida vuelva a la “normalidad“, pretendo utilizar esta forma de interactuar mucho más que antes.
Y tú, ¿cómo ha sido tu experiencia? ¡Comparte tus impresiones con nosotros!
“La dimensión humana de la experiencia es clave para el éxito“
Autor:
Roberto Argento, Transformation Consultant en Inteec y fundador y CEO de ValueFlow, Business Partner de Inteec.
Roberto cuenta con más de 30 años de experiencia trabajando con equipos de liderazgo para proporcionar recomendaciones, hojas de ruta, técnicas y liderazgo táctico para garantizar que las empresas adopten valores y prácticas ágiles e impulsen el cambio en todas sus organizaciones.